lunes, 3 de marzo de 2014

La Venezuela actual vista desde Toy Story 3


Cuando coloqué aquella foto de Toy Story 3 en uno de mis estados haciendo alusión a Lotso, confieso que no había reparado en toda la película sino en particular al falso oso amable que se nos vendió como “Lotso, el oso cariñoso” que huele a frutas. Ahora, que la reviso con cuidado, me doy cuenta que Toy Story 3 está repleta de planteamientos interesantísimos en cuanto a Lotso y al manejo de su poder dentro de Sunnyside, la guardería donde terminan parando Woody y sus amigos. Para no reseñar la película completa me enfocaré en la trama que involucra a Lotso, específicamente.Y allí encuentro las siguientes coincidencias con el caso venezolano:

1ro. Aparentemente todo está "normal" cuando Woody y su amigos llegan a la guardería. Reciben una cordial bienvenida de parte de Lotso y del resto de los juguetes de allí.

2do. Desde un principio Lotso, celoso de la llegada de los nuevos juguetes y temiendo el ser desbancado de su liderazgo, amablemente conduce a los recién llegados hasta el salón “Orugas”, es decir, los confina a un espacio donde caerán en las manos nada amables de los inocentes de maternal. Woody y sus amigos no tienen derecho al salón Mariposas (que fue a donde originalmente llegaron, y donde habrían estado al alcance de niños más grandecitos que sí los podían cuidar con amor). No tienen derecho, porque este salón (El Mariposas) le pertenece a Lotso y a sus secuaces ¿les suena familiar?

3ro. Cuando llegan al salón Orugas, antes de que empiece el desastre, el telefonito trata de comunicarse con Woody, pero éste no puede entenderle (ya veremos, más adelante, lo que desea decirle este telefonito). Después de la discusión que Woody tiene con sus amigos sobre el elegir entre la felicidad de estar con Andy o la felicidad de estar en Sunnyside; sus amigos, en su ausencia, lanzan esta perla. “Porque está loco. Los juguetes no van a la universidad. Los juguetes son para jugar”. Cualquiera que se sienta aludido…proteste.

4to. Después de ser atacados con el “amor” de los infantes que los babean, estrujan y maltratan (llámese hoy: inseguridad, inflación, escasez, que por supuesto no tienen la candidez de estos niños), va Buzz Lightyear a reclamarle a Lotso que el salón Oruga no es el que desean para toda vivir toda su vida en Sunnyside. ¿La respuesta que obtiene? Lotso y sus secuaces, dueños de la situación, capturan y desprograman a Buzz Lightyear convirtiéndolo en su aliado. (qué casualidad que el botón también es rojo) ¿alguna otra coincidencia?

5to. Cuando los amigos de Woody descubren que Andy sí los quiere y desean regresar con él, Lotso aparece en escena. Con su cordialidad acostumbrada se desenmascara enfrente de ellos. “Ya casi no nos quedan voluntarios para lo chiquitines. Les encantan los juguetes nuevos, ¿no es así?”. A Lotso no le interesan los nuevos sino para sus fines, para que sean desgastados enfrentando lo adverso y así salvar su propio pellejo. No olvidemos cuando después de decirle “Linda patata” a la Sra. Cara de Papa. Le quita la boca ¿comienzo de la censura?

6to. Acto seguido: El nuevo Buzz ya reprogramado y con más de un tornillo flojo (cualquier semejanza a la GNB es pura coincidencia), se apresura a capturar a sus amigos, cumpliendo órdenes y por salvar a la “galaxia”. A continuación, todos los maltratados quedan tras las rejas de los cajones guarda juguetes, mientras el Sr. Cara de Papa es llevado a la “caja especial” (¿Castigo superior?). Luego de esto, Lotso lanza una frase importantísima a su nuevo guardián Lightyear “Tranquilo soldado, están en custodia, pero te advierto: Dirán cualquier cosa para que dudes de ti mismo.” Lotso con esta sentencia ya predispone a Buzz Lightyear a cuestionarse toda verdad que le sea dicha y a creerla falsa. Pero aun más grave y lapidaria es la respuesta de Buzz ante este condicionamiento moral sin sentido “Descuide comandante. Todo rastro de duda en mí fue suprimido en la academia”.

7mo. Lotso termina de quitarse el resto del disfraz cuando, en privado, les dice las reglas “reales” de su juego: “Pongan atención, amigos. Aquí en Sunnyside nos regimos por un sistema. Si comienzan desde abajo y muestran dedicación, la vida es como un sueño hecho verdad. Pero si rompen las reglas, si desobedecen y tratan de salirse con la suya… Bueno, sólo se hacen daño a sí mismos”. Aquí el mandamás de Lotso se lava las manos. Los pone en un terreno donde los culpa a ellos mismos de lo que pueda pasarles, cuando en realidad todo este trato injusto viene de parte de él y su sistema.

8vo. “Sunnyside es un mundo de dolor y desesperación regido por un oso maloso con olor a… frutas”. Así uno de los personajes introduce a Woody en la verdad de lo que está pasando realmente en Sunnyside. “El oso parece bueno y adorable por fuera; por dentro, es un monstruo” le corrobora el caballito. Es justo en este momento donde llegamos a Risas, el payaso que conoció a Lotso cuando éste no era así. Al empezar a contar la historia de Lotso y su transformación, empieza por el amor profundo que existía entre su dueña y ellos, hasta que llega a esta parte crucial “(…) Después de almorzar, Deisy se quedó dormida…”. Aquí nos preguntamos hasta qué punto puede ser interpretado un descuido como una maldad intencionada. O un gesto de reemplazo como algo definitivo e imperdonable. En estas líneas van soldadas a fuego en la memoria de Lotso y en la de muchos venezolanos dolidos e insatisfechos (y no sin razón) la realidad de un pasado abrumador. Después de haber tenido Venezuela tal bonanza petrolera, nos quedamos dormidos, y olvidamos atender como era debido, a las clases más necesitadas. Allí, ese rencor tan oscuro, que se fue alimentando solapadamente bajo una inconformidad que auyaba en silencio y que fue tomando una forma bizarra hasta mutar en el descontrol de sus propias pasiones. No perdonaré jamás lo que me hicieron. Lo mucho que sufrí por el abandono. No volveré a ser igual y las cosas tampoco volverán a ser iguales para nadie ni para los que vengan conmigo. Si hubiésemos sido adivinos, cuantas lágrimas no se habrían evitado con un abrazo a tiempo…
“Ese día, algo cambió dentro de Lotso, algo se quebró” remarcó, Risas. Lotso, sintiéndose reemplazado, rechazado en lo más hondo, predispone a Bebote y a Risas en contra de Deisy.(la Venezuela que no está recuerdo con todo esto, pongamos) .Nos reemplazó a los tres, decía Lotso. “Ella ya no te ama”, le insistía a Bebote. “Estábamos perdidos, abandonados, sin amor, no deseados…Entonces llegamos a Sunnyside, pero Lotso ya no era mi amigo.No tenía ningún amigo” continuaba su conmovedor relato, Risas: “Se apoderó de Sunnyside y corrompió el sistema.” “No está bien lo que Lotso hace, los juguetes nuevos… no tienen oportunidad.” Esto último demuestra claramente la insensatez y la cerrazón de Lotso. No está dispuesto a cambiar,a dialogar, no desea enmendarse y proponerse a ser distinto porque ya no le interesa. Ahora tiene el poder, y si controla a este último ¿para qué buscar el amor y el perdón? Casi todos los juguetes viven en la aparente felicidad de Sunnyside, y los pocos que se han dado cuenta del control que ejerce Lotso sobre toda la guardería, no tienen manera de escapar de esa realidad, por lo tanto, se adaptan a ella.

9no. Cuando Woody va a rescatar a sus amigos de las garras de Lotso y su “sistema”; vuelve a aparecer el telefonito que antes hemos mencionado. Ese que debe hablar en secreto para no ser escarmentado. El que debe callar y “hacerse el loco” para sobrevivir. ¿Algún parecido con los medios de comunicación independientes en Venezuela?. Continúa el teléfonito: “¿Quieres mi consejo? Mantén la cabeza baja. Sobrevivirás (…) Yo llevo años aquí…”. Estas palabras, resumen la conformidad silenciosa de aquellos que no ven salidas ante lo que está pasando, pero lo registran todo. Muros altos, puertas cerradas, vigilancia permanente, y el mono centinela. Esas son las dificultades para escapar de allí, de esa realidad. (En el caso venezolano podría traducirse como el TSJ, el CNE, la Asamblea, y todos los poderes no-independientes de la nación.). Siempre a favor del gobierno y para nada imparciales. El mono centinela podría ser ese Sistema de Alerta, el mecanismo comunicacional más complejo, incansable e insaciable; que utiliza la psicología de masas para rebatir cualquier idea contraria al proceso; y que se empeña en seguir hurgando constantemente entre las heridas del pasado que aún no han cicatrizado; y que, por los visto, al mono centinela no le conviene que cicatricen jamás.

10mo. “Perdóname, comisario. Pudieron conmigo”, dice el telefonito que fue torturado para que confesara los planes de Woody de escapar junto a sus amigos. “Su niño los abandonó porque dejó de quererlos” “¿Te crees especial, vaquero? ¡Eres un pedazo de plástico! Te fabricaron para ser desechado”. Constantemente, Lotso, con estas dolorosas frases, apunta al dolor personal para tratar de bajar la autoestima de Woody y sus amigos. Los mete en el saco de: todos fuimos rechazados por ellos. Muy similar a la consecuente cantaleta que el gobierno le lanza a su seguidores. Es muy significativo este argumento de Lotso, porque con él, trata de llevar a su terreno a sus oponentes. Trata de contagiar su resentimiento, buscando las heridas o dudas en su adversario, y las manipula para conseguir lo que desea. “Por qué no vuelven conmigo y se unen a la familia con todos” les increpa Lotso. Trasladando esto al caso venezolano sería como un: por qué no aceptan nuestro gobierno tal y como es y se quedan tranquilos. A todas estas, Jessie da un paso al frente y desafía a Lotso, (de la misma manera que aquí, en Venezuela, estudiantes y civiles, se oponen al sistema de represión imperante): “Esto no es una familia, es una prisión. Eres cruel y mentiroso, prefiero pudrirme en la basura que unirme a esa familia tuya”. En este punto de la película, Barbie, rubia y subestimada por muchos, sorprende por su claridad absoluta: “La autoridad se deriva del consentimiento de los gobernados, no aplicada a la fuerza.” (Cualquier parecido…). Hasta Ken, viendo lo irracional de la conducta de Lotso, salta la talanquera y completa con esta reflexión: “Por favor, Sunnyside podría ser un lugar “buena onda” si nos tratáramos bien. Es Lotso quien nos convirtió en una pirámide y se colocó en las cima.” Venezuela sería un país superior si hubiese respeto mutuo, igualdad de oportunidades, una comunicación sana entre todos los factores, y sobre todo justicia y respuestas contundentes y eficientes ante todos los problemas que nos aquejan.

11vo. “Yo no los arrojé a la calle. Fue su niño. Los niños no quieren a sus juguetes. Recuérdenlo estando en la basura”. La discusión frente al container continúa hasta que Woody confronta a Lotso y a su verdad. A esa verdad que Lotso se empeña en ocultar: el hecho de que que Deisy siempre lo quiso, que lo abandonó por error, y que lo reemplazó sólo a él porque no tuvo opción. En este instante los secuaces de Lotso, se miran a las caras y se empiezan a cuestionar. Lotso sigue apelando a su discurso gastado, y lo enfila hacia un Bebote confundido: “¿Qué? ¿Quieres que tu mami venga? ¡Ella jamás te amó! No te portes como un bebé. Empújenlos. A todos. Esto es lo que pasa cuando los tontos quieren pensar ¡Todos somos basura, esperando que nos desechen! Eso son los juguetes”. Y sí… Cierto. Todo aquél que es incapaz de abrir bien los ojos y pensar por sí mismo, aquel que se cierra completamente y no desea que otro venga a sanar ese rencor que le corroe, podrá tener lo que sea, pero siempre terminará siendo eso: un juguete de los demás...

12vo. Ya en la basura todos…. En la oscuridad del caos y junto a Lotso. Este último le echa mano a su última carta: el “arrepentimiento”. Lo hace desde el auxilio que le grita a sus contrincantes cuando está a punto de perecer en la máquina trituradora. Woody y Buzz Lightyear, que ya estaban a salvo, sienten compasión de él y exponen sus vidas para salvarlo. Lotso termina agradeciéndoles el favor de la manera que suele hacerlo: salvándose a sí mismo, y burlándose de todos al no apretar el botón que paralizaría la máquina y que los salvaría a ellos también.

13vo. Cuando ya no queda nada que hacer… Cuando la fe y la esperanza parecen vencidas por el egoísmo y la indiferencia… Llega el fuego. Ese fuego tan definitivo e ineludible. Ya todo está perdido… Y, en la más conmovedora de las escenas, cuando todos aceptan su destino, se miran a lo ojos y, sin palabras, se toman de las manos y esperan resignados a la muerte… Aparece ella con su luz: la garra. Los salva la mano de Dios.

14vo. Cabe como cierre de este análisis, que una vez que Lotso se aleja definitivamente de Sunnyside; regresa la luz, la cooperación, la armonía y la fraternidad entre todos sus habitantes y a todos los salones, no a uno solo. Regresan las sonrisas y la buena fe. Todos, con sus diferencias, conviven y se respetan en pro del bien común; y aquello que los separó un día; no es más que un triste recuerdo, que ya, por fin, ha pasado…