domingo, 27 de julio de 2014

La Puerta

De verdad que yo me empeñaba en tocar y tocar aquella puerta pequeña donde habitaba tanta gente conocida y querida; pero nada pasó. Nunca se abrió. Y fue entonces, cuando aquella puerta inmensa llamada Dios, se abrió de par en par abriéndome miles de puertas más.

Bendito seas, Padre Santo. Gracias.
Tenemos mucho que aprender de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario