lunes, 21 de julio de 2014

Sin Cortafuegos

En días recientes soñé que visitaba uno de los cerros de Caracas. En el barrio donde llegué la gente era  muy buena y educada, y sólo los sacaba de su pasividad cierta hora del día donde debían defenderse de una especie de "guerrilla invasora" que, cual langostas, no los dejaban vivir en paz. Ese día, no sé por qué razón, se produjo un pequeño incendio, tan pequeño que podía hacer sido sofocado con una cubeta. Pero nadie hacía nada. Sólo lo veían arder. Y el incendio no se propagaba aumentando su tamaño sino en múltiples repeticiones del anterior que la gente tampoco apagaba.... Lo más escabroso del sueño es que sí había agua para acabar con los mismos, pero la gente se conformó con simplemente contemplar como el barrio, poco a poco, iba siendo consumido por las llamas.

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